La flauta travesera se sostiene casi paralela al suelo, a la derecha del ejecutante. El flautista sopla a través del borde afilado de un bisel en el lado izquierdo del instrumento.
Los diferentes sonidos se obtienen abriendo y cerrando los agujeros por medio de llaves y palancas, lo cual alarga y acorta la columna de aire que vibra en el interior del tubo.
Cuanto más larga sea la columna de aire, el sonido es más grave y viceversa.
Es un instrumento extremadamente ágil, lo que permite al flautista ejecutar pasajes a muy alta velocidad.